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El olivar mallorquín

El Aceite de Mallorca es un aceite de oliva virgen extra obtenido del fruto Olea Europea L., de las variedades mallorquina o empeltre la única presente en la finca monnaber nou, arbequina y picual, por procedimientos físicos que garantizan que el aceite conserve el aroma, sabor y características del fruto del que procede.

Las características de los suelos, la orografía accidentada, las precipitaciones irregulares y la elevada edad de los olivos mallorquines determinan una reducida producción de aceituna apta para la elaboración de aceite de calidad. Por otra parte, el clima de la isla de Mallorca condiciona la época óptima de recolección de las aceitunas, que se avanza respecto de otras zonas donde se cultivan olivos.

La conjunción de todos estos factores, juntamente con las variedades de aceituna presentes en Mallorca, dan lugar a aceites con características organolépticas diferenciadas, la producida en Monnaber Nou es de tipo dulce obtenida de aceitunas en envero, cuya característica más sobresaliente es su dulzor o suavidad, siendo los atributos de amargor y picante prácticamente ausentes; o bien de tipo frutado, cuando se obtienen a partir de aceitunas verdes, en cuyo perfil sensorial aparecen marcados los atributos amargo y picante.

El cultivo del olivo y la producción y consumo de aceite de oliva tienen una gran tradición en la isla de Mallorca. Tradicionalmente, el aceite de oliva elaborado en Mallorca ha sido reconocido y apreciado tanto por los habitantes de la isla como por los ciudadanos de las zonas con las que históricamente se han mantenido relaciones comerciales, en especial con el sur de Francia.

E dad del Olivar Mallorquín.


Según las referencias bibliográficas, los primeros indicios de la existencia de olivos datan del siglo XV, entre ellos los de la finca monnaber nou, si bien la verdadera expansión del cultivo en Mallorca se produjo en el siglo XVI. Es por ello que la antigüedad de las plantaciones tradicionales de la Serra de Tramuntana puede situarse en unos 500 años ya que los árboles han perdurado a través de los siglos y no se conocen grandes plagas o incendios que obligasen a la renovación cultural generalizada. Es por ello que podemos afirmar que el 90% de los olivos de Mallorca tienen una edad media de 500 años. El olivar, como elemento integrante del paisaje, está tan arraigado en Mallorca que las creencias populares aseguran que los olivos mallorquines son milenarios.